El Manual de Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría -DSM-, en su última edición en el 2013, adoptó una serie de medidas que reclasifican las enfermedades mentales. Entre las decisiones asumidas por el DSM-V, están la de considerar al autismo como un "Trastorno del Neurodesarrollo", eliminar el criterio de que los síntomas del autismo debían de aparecer antes de los 36 meses, considerar la dificultad en la comunicación propia de los autistas, como un Trastorno propio, llamado Trastorno de la Comunicación y sobre todo y el más importante desde mi óptica, el de eliminar el autismo, asperger, trastorno desintegrativo de la infancia y el trastorno no generalizado del desarrollo no especificado, como trastornos independientes y englobarlos en lo que definieron como el Trastorno del Espectro Autista -TEA-.
EL DSM es la entidad con mayor autoridad mundial para manejar todo lo relativo a enfermedades mentales. En el 1952 emitió su primera edición, donde estableció la existencia de 106 trastornos especificados y ninguno no especificado; en el 1968 en su segunda edición estableció la existencia de 121 trastornos especificados y 16 no especificados; en el 1980, 151 especificados y 31 no especificados; en el 1987 167 especificados y 37 no especificados; en el 1994, 171 especificados y 49 no especificados y finalmente en el 2013 establece 143 trastornos especificados y 73 no especificados.
Ésta clasificación del DSM-V, ha traído grandes polémicas, sobre todo por la creación del Trastorno del Espectro Autista. Por esta decisión, el equipo que trabajó para llegar a estas conclusiones y nueva clasificación, determinados sectores ligados a la psiquiatría lo han considerado sesgado por intereses, ya que casi en un 100% de ese equipo del DSM está vinculado a compañías farmacéuticas.
En verdad no me considero una persona versada en el área para juzgar a nadie y menos a científicos de la Psiquiatría, pero desde mi humilde visión, experiencia vivida y vínculos familiares con personas que estarían dentro de lo que ahora denominan Trastorno del Espectro Autista, considero que el DSM-V, incurrió en un error de fondo, que más que ayudar a las personas con esa condición, contribuyen con esta nueva clasificación a crear confusiones que no aportan nada positivo para el manejo y tratamiento de estos casos. Veamos los argumentos que puedo exponer sobre el tema.
Desde mi punto de vista nadie es igual, todos somos diferentes, tanto en lo genético como en lo adquirido por la sociedad, por lo que el autista, asperger, persona con cualquier trastorno, así como el neurótipico(persona normal), son únicos e irrepetibles. En todos los casos existirán unos más inteligentes que otros, algunos con características más pronunciadas en áreas determinadas. etc, por lo que el autista es autista y el asperger es asperger, cada cual con su característica particular.
Entiendo que no es correcto englobar al autista y el asperger en un mismo espectro, sencillamente por las siguientes diferencias que definen a uno y a otro, enfoque que siempre haré en sentido general, sin partir de niveles : Veamos. El autista tiene retraso mental, leve o severo, mientras el asperger tiene un CI medio o por encima de lo normal. El autista tiene dificultad en la comunicación verbal, mientras que el asperger habla con normalidad. El autista normalmente es medicado, mientras que el asperger no necesita ser medicado por su condición, podría ser por algo colateral, como ansiedad o depresión, como también lo podrían ser los neurótipicos. Por último y para mi la diferencia más determinante, es que al autista no le interesa socializar, prefiriendo vivir en su mundo, mientras que el asperger quiere socializar, le gusta socializar, pero tiene dificultades para ello.
Es indudable que el asperger puede tener una serie de fenotipos que acompañen su condición, como son dificultad para expresar los sentimientos, inconvenientes para adaptarse a los cambios, cierta tendencia a la frustración y posterior depresión por decepciones en las relaciones sociales. Puede tener torpeza en la motora fina y un espíritu competitivo en extremo, por entender que debe ganar en todo lo que emprende.
Por eso considero que el Asperger es una condición genética que se conforma con situaciones adquiridas en la sociedad, principalmente de hogares sobreprotectores y muy controladores. He llegado a la conclusión que en el mundo circulan millones de asperger sin saber que tienen esa condición, etiquetados, estigmatizados y rechazados muchas veces por ser considerados personas raras, problemáticas y diferentes.
De ahí la importancia del diagnóstico a tiempo de un asperger, porque aunque puede sobrevivir en la sociedad, no es lo mismo cuando se conoce su condición, para el manejo en la escolaridad y en su relación social y sobre todo de pareja y familiar. Claro que el grado de inteligencia será determinante para su inserción en la sociedad, pero aún así, es importante que un profesional del área le de seguimiento, para evitar complicaciones que pueden degenerar en ataques de pánico, depresiones continuas y en el peor de los casos en el suicidio.
Por lo que mi recomendación final es que si usted observa en su familia a una persona normal, que habla, juega y actúa como un neurótipico, pero que tiene dificultad para socializar, que es obsesivo y que los cambios le afectan su estado de ánimo, lo mejor es que vaya donde un profesional del área, para darle seguimiento y evitar futuras complicaciones.