LA IRA ES UN VENENO PARA EL ALMA.
Una niña que su madre le había dado la sorpresa de regalarle una muñeca Barbie, disfrutaba jugando de su preciado obsequio, cuando recibió la visita de su mejor amiga del vecindario. En ese momento la niña se disponía a salir con su madre, por lo que le manifestó a su amiga lo maravillada que estaba con su muñeca, que iba a salir con su madre por lo que podía jugar con ella mientras regresaba.
Cuando la niña regresó con su madre encontró la muñeca rota y en un mal estado, por lo que su primera reacción fue el de decirle a su madre que de inmediato iría donde su amiga a pedirle una explicación. La madre con mucha sabiduría le manifestó que esperara un tiempo hasta que se tranquilizara, procediendo de inmediato a recordarle el día en que le compraron un vestido blanco, el cual fue salpicado con lodo por un vehículo que transitaba de manera temeraria.
La madre le recordó a su hija, que aquel día la abuela les dijo que no lo lavaran de inmediato, sino que esperaran que el lodo se secara, lo cual permitiría de manera más fácil quitarle el lodo al vestido. Se llevaron del consejo de la sabia abuela y cuando procedieron a quitarle el lodo ya seco, fue mucho más fácil y práctico retirarlo del hermoso vestido blanco.
Al poco tiempo y ya la niña calmada, la amiga llegó con otra muñeca igual, que le había comprado su madre, procediendo a explicarle que todo fue obra de un niño bellaco del barrio, que mientras ella jugaba en el jardín, le arrebató la muñeca y la dejó en el estado que la encontró.
ENSEÑANZA:
Esta aleccionadora historia nos indica, que jamás debemos actuar por la reacción del momento que produce ira, ya que podríamos cometer graves errores y además actuar de manera errada e injusta. La sabiduría de la madre en este caso, impidió que la rabia y la ira dominaran la situación.
Nuestros ancestros siempre nos decían con gran sabiduría, que antes de actuar por algo que nos habían hecho y producido molestia, que lo mejor era contar hasta diez antes de actuar, para calmar la ira y no tomar decisiones bajo su influencia.
Es un asunto estimado lector, de hacer consciencia, tomarlo con paciencia, reflexionar todo lo posible, calmar la mente y entonces con dominio de la circunstancia, esperar sereno y enfocado que el lodo se seque para retirarlo.
"Si perdemos la paciencia perdemos la batalla".