Lo ocurrido el pasado domingo en la cancha de Río San Juan durante un partido del torneo superior de baloncesto, es algo inexplicable e inaceptable, y que llama a la meditación.
Ver un fiscal municipal, que es la persona llamada a mantener el orden entre los munícipe, protagonizar una pelea porque su equipo favorito está perdiendo, y amenazar con “trancar” a un jugador del equipo contrario al de su preferencia si no dejaba de anotar puntos para su equipo, es un acto de mal gusto, bochornoso, repugnante y execrable en cualquier sociedad civilizada.
No podemos dar fe ciento por ciento de las diferentes versiones que circular sobre el motivo de la trifulca, pues no estuvimos presente en el polideportivo al momento de los incidentes, pero sí observamos el video que circula en las redes sociales y se ve claramente como el “señor fiscal” Yovanny Rivas arremete violentamente contra los encargados de la mesa técnica y empuja de mala manera al alcalde municipal Alberto Alonzo, una figura que por su investidura merece respeto.
Y todo presumiblemente porque al ver que no podía frenar la eficacia y vergüenza deportiva del jugador del equipo de Buenos Aires, intentó detener el partido, dirigiéndose a la mesa técnica para que beneficiara con puntos a El Centro, su equipo de preferencia. Fue preciso la intervención de la seguridad del evento para poder frenar la fiera, y por ende, el partido, que era su objetivo, y lo logró.
Pero cuanta bajeza “señor fiscal”, querer utilizar su investidura para deslucir un evento que se ha convertido en el pulmón de escape de los riosanjuaneros ante tanta delincuencia. Eso no tiene justificación. Ese es un torneo que nosotros como medio lo defenderemos con uñas y dientes, por el bien de la juventud y el pueblo de Río San Juan.
¿O a caso se habrá preguntado usted qué ejemplo le estamos dando a nuestra juventud con actitudes como la suya? Un fiscal de un municipio, por más pequeño que sea el territorio, debe ser una persona íntegra y de muchos valores personales y profesionales, pero sobre todo mediador. No un provocador, incitador y rebucero como claramente se puede ver en el video.
Quizás usted dirá que fue provocado, pero no "señor fiscal", su responsabilidad como representante del Ministerio Público no le permite dejarse provocar hasta perder los estribos y poner el fanatismo por encima de su investidura.
No "señor fiscal", usted tiene que revisarse. Usted le hace un flaco servicio a su pueblo y deja mal parados a quienes confiaron en usted para el cargo. Hay que ver en qué sociedad usted se formó y en cual escuela recibió su capacitación para dichas funciones. Porque, perdón “señor fiscal”, usted no pertenece a la pacífica sociedad riosanjuanera. No “señor fiscal”, usted pertenece a otra sociedad, a una donde la paz no sea el sueño de convivencia.
Ahora usted "señor fiscal" le debe al menos una disculpa pública a su pueblo. Esperamos por lo menos eso.